Pestañas

lunes, 4 de febrero de 2013

Radiación secundaria de mamografías no presenta riesgos de cáncer





Un nuevo estudio presentado durante el congreso anual de 

la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) sugiere 

que el uso de protector tiroideo para la realización de una 

mamografía es innecesario








La dosis de radiación a las regiones corporales cercanas al seno durante la mamografía o muy baja, y en consecuencia, no aumenta el riesgo de cáncer, según una nueva investigación.

Los resultados del estudio fueron presentados durante el congreso anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), realizado del 25-30 de noviembre de 2012, en Chicago (IL, EUA). Los hallazgos sugieren que el uso de escudos tiroideos durante la mamografía es innecesario. “Los escudos tiroideos pueden impedir la buena calidad mamográfica y, por lo tanto, no se recomiendan durante la mamografía”, dijo Alison L. Chetlen, DO, profesora asistente de radiología del Centro Médico Hershey del Estado de Pensilvania (EUA).

Algunos rayos-x se dispersan fuera del rayo primario durante la tamización de mamografía en el seno y se diseminan en direcciones diferentes. Aunque esta radiación dispersa es mucho más débil que el rayo primario, ha habido preocupación de que las mujeres expuestas a ésta durante la mamografía puedan enfrentar un riesgo aumentado de cáncer, particularmente en regiones radio-sensibles como la glándula tiroides.

Para entender mejor el impacto potencial de la radiación dispersa, la Dra. Chetlen y colegas se propusieron medir la dosis recibida por la glándula tiroides, glándulas salivales, esternón, útero, y el cristalino del ojo durante la mamografía digital de tamización. Cada una, de las 207 mujeres en el grupo de estudio, usaron seis dosímetros luminiscentes estimulados ópticamente—un dispositivo usado para medir una dosis absorbida de radiación ionizante—mientras que se sometían a mamografía de tamización de dos vistas.

El análisis del dosímetro por un físico médico inmediatamente después del examen reveló que las dosis para las varias áreas fuera del seno variaron de despreciables a muy bajas. La dosis promedio estimada de órgano para la glándula salival fue 0,05 mGy. La dosis media estimada del órgano para la glándula tiroides fue 0,05 mGy. Esas dosis son solo una fracción de la radiación a la que la persona se expone de fuentes de fondo naturales, como la radiación cósmica y los radionúclidos, en la tierra. Significativamente, todas las áreas con excepción del esternón recibieron menos de 2% de la dosis de radiación de fondo anual.

La dosis medida para el ombligo y el puente del ojo fue despreciable, indicando que no había ningún riesgo, para la paciente, de cataratas o interferencia con el desarrollo embrionario normal en el embarazo temprano. “El riesgo de inducción de cáncer a esos niveles bajos es indistinguible de la incidencia de cáncer de fondo debido a otras fuentes”, dijo la Dra. Chetlen.

Los hallazgos son particularmente importantes a la luz de un aumento reciente en la incidencia del cáncer de tiroides, uno de los más radiosensibles de todos los cánceres. El número de diagnósticos de cáncer tiroideo en las mujeres casi se duplicó de 2000 a 2008, llevando a algunos a cuestionar que la tamización con mamografía puede ser un factor contribuyente y que las mujeres deben usar escudos tiroideos de plomo durante los exámenes, una noción que la Dra. Chetlen y otros especialistas de mamografía han desalentado.

Con base en la dosis extremadamente baja de radiación dispersa a la tiroides—lo mismo que tan pocos minutos de radiación de fondo—los escudos tiroideos son innecesarios durante la mamografía. Además, los investigadores advierten que el uso de los escudos tiroideos puede resultar en una mayor dosis de radiación para las pacientes. “Un escudo tiroideo se interpone en el camino del examen y puede realmente causar un aumento en la dosis de radiación por la necesidad de repetir los exámenes”, dijo la Dra. Chetlen.

La Dra. Chetlen también puntualizó que la glándula tiroidea es mucho menos radiosensible después de los 30 años. La Sociedad Americana de Cáncer y otras organizaciones recomiendan que las mujeres tengan una tamización de mamografía una vez al año, empezando a los 40. “En el grupo de edad elegible para la tamización, la glándula tiroidea no es muy radiosensible”, dijo la Dra. Chetlen.



Fuente: medimaging.es



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