Pestañas

lunes, 3 de diciembre de 2012

Sant Pau, un hospital contra los recortes en sanidad




Urgencias saturadas, altas precipitadas, recortes en prótesis y catéteres, reducción en la actividad en radioterapia, radiología, medicina nuclear y hemodinámica, 84 camas menos, cierre de quirófanos por la tarde y reducción de 713 intervenciones anuales y no renovación de contratos eventuales son , entre otros, los recortes que está sufriendo el Hospital de Sant Pau de Barcelona, uno de los centros médicos más reconocidos de Europa por su excelente calidad asistencial.



Fundado en 1401, construido en 1902 cerca de la Sagrada Familia por Domènech i Montaner y totalmente renovado por el gobierno tripartito con un edificio de nova planta, para hacerlo más funcional y moderno, es uno de los equipamientos sanitarios más afectado por los recortes de la Generalitat. El comité de empresa ha decidido decir basta y desde el pasado jueves protagonizan un encierro en “defensa del sistema público de salud que tanto nos ha costado conseguir y por el que merece la pena luchar” declaraba a Diario Progresista Ascensión una de las enfermeras acampadas en la entrada principal del hospital.

Parada de Sant Pau de la línea 4 del metro, caminen diez metros y llegarán a la entrada del nuevo recinto hospitalario. Moderno, funcional, accesible, con excelentes profesionales, todo un emblema del modelo asistencial catalán puesto en jaque por los recortes de la derecha nacionalista catalana. La privatización de la sanidad pública madrileña podía parecer el modelo seguido por el gobierno catalán, pero no: “Madrid ha seguido los pasos de Catalunya en cuanto a la privatización de la sanidad. Esto viene del gobierno Pujol, incrementado por el actual Conseller de Sanidad, ex patrón de las mutuas privadas de este país (Catalunya tiene uno de los índices más altos de mutualistas). La diferencia con Madrid es que aquí se hace con más disimulo” explica Ascensión a Diario Progresista.

“Aunque nos gusta decir que Catalunya no es como la Comunidad Valenciana o Madrid, la opacidad del oasis catalán cada vez se parece más a la oscuridad que reina en la España conservadora a la que tanto se critica” afirma un médico que prefiere permanecer en el anonimato. Otro facultativo señala que “en el oasis catalán cada vez hay más agua para los ricos y menos para el 99% de los ciudadanos”. Y parece que miedo a las represalias también. 

La defensa de los derechos laboral tampoco es ajena a esta protesta, explica Ascensión, que a los trabajadores de Sant Pau les han recortado el salario un 5% como a los funcionarios, pese a no serlo. Pero insiste, y lo quiere dejar muy claro, que el problema económico no es la causa fundamental de la protesta: “Lo más grave es poner en riesgo la salud y la vida de los ciudadanos”.
Modelo sanitario confuso.

La confusión en la que los sucesivos gobiernos catalanes han sumido al sistema sanitario y las privatizaciones encubiertas y poco transparentes son el velo que empaña su excelencia asistencial, investigadora y de gestión. Una forma de justificar las privatizaciones es generar un modelo hospitalario confuso en el que se entremezclan intereses: unos hospitales dependen del Instituto Catalán de la Salud y otros de la Red de Hospitales de Utilización Pública (XUHP sus siglas en catalán).

Se comenzó privatizando la gestión de una parte importante de los centros de asistencia primaria, más tarde, con el último gobierno de CiU, se añadió el cierre de plantas enteras en algunos hospitales, incluidos los de referencia; de quirófanos, de no renovación de los contratos del personal sanitario,… en procesos poco transparente que dieron lugar a encierros, denuncias de asociaciones profesionales, de medios de comunicación y plataformas de usuarios de la sanidad pública.
Condena por denunciar.

El caso más sonado lo protagonizó la revista “Cafeambllet” condenada en un proceso judicial de inusitada rapidez por colgar en su web un vídeo (http://www.cafeambllet.com/press/?p=17005) que recogía lo que otros medios estaban publicando y contra los cuales ni tan siquiera existe una denuncia. La sentencia obligaba a la revista a pagar 10.000 euros por destapar mala praxis administrativa en la gestión de la provincia de Girona. 

Las afán privatizador no se ha detenido ni cuando el Gobierno de la Generalitat estaba en funciones. En plena campaña electoral la consejería de Sanidad adjudicó la asistencia primaria de la comarca de Roses a una multinacional sin experiencia, ni vinculación con el sector sanitario. El concurso dejó fuera la Fundación que hasta hora se había hecho cargo de la gestión de los centros y que ahora, está estudiando, recurrirlo antes los tribunales.

La asistencia sanitaria catalana es un pastel muy goloso por sus excelentes equipamientos y sus reconocidos profesionales. "La salud, cada vez más es un negocio y menos un derecho."





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