Pestañas

viernes, 1 de junio de 2012

La radiología vascular intervencionista reduce de 10 a 2 los días de hospitalización en angioplastias



- El uso de técnicas de radiología vascular intervencionista con stents no sólo reduce el tiempo y los costes de la hospitalización, sino que permite al paciente reincorporarse a su vida normal 12 horas después de su intervención.

- Las angioplastias, sin y con el uso de stent, se emplean para abrir la luz de arterias que se están ocluyendo y que suponen un elevado riesgo para la salud y la vida del paciente.

- Los nuevos stents con fármacos han demostrado una tasa de mantenimiento del flujo arterial en los miembros inferiores próximo al 80% a los dos años de su implantación.



Granada, mayo de 2012 - “Uno de los problemas sanitarios más importantes en la actualidad lo constituye la enfermedad arterial periférica (estrechamientos o estenosis de las arterias). Para hacerlas frente, se ha recurrido tradicionalmente a las aterectomías, una operación en la que se abre la arteria, con cirugía convencional y que supone del orden de 8 ó 10 días de hospitalización. Sin embargo, las nuevas técnicas de radiología vascular intervencionista permiten la realización de angioplastias y la implantación dentro de stents dentro del vaso sanguíneo con un tiempo de hospitalización de 48 horas. De hecho, a las 12 horas de la intervención, el paciente puede reincorporarse a su vida habitual”. Estas declaraciones han sido realizadas por la doctora Hortensia Montes, vocal de Radiología Intervencionista de la Sociedad Española de Radiología Médica, en el contexto de su XXXI congreso nacional, que se ha celebrado en Granada.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad arterial periférica “son una causa importante de enfermedad aguda y crónica incapacitante que se asocia a un deterioro importante de la calidad de vida y que con frecuencia termina con la amputación de la extremidad y conlleva una mortalidad importante”, ha señalado la experta.
Según ha puesto de manifiesto, “la prevalencia de la enfermedad arterial periférica es de 2.5% en la población de 50-59 años y de un 14% en los mayores de 70 años, si bien es probable que su prevalencia sea aún mayor ya que muchas veces cursa sin sintomatología”. Asimismo, algunos estudios han confirmado que “los factores de riesgo mayores (diabetes, hipertensión, tabaquismo e hiperlipemia) están implicados en un 80-90% de la patología arterial periférica. Un 2% del total de las muertes que se producen en un año en países de nuestro entorno tienen como causa la enfermedad arterial periférica”.


Stents y stents con fármacos

Con los nuevos stents de los que se dispone actualmente se pueden tratar aquellas lesiones complejas que no responden a otros tratamientos tales como la angioplastia (dilatación de la arteria con un balón), “mejorando así los resultados de la permeabilidad primaria y secundaria”.
De hecho, “los stents fármaco-activos (stents recubiertos con fármacos) son ya una realidad y se ha demostrado que en el 74,8% a los 24 meses del tratamiento, se mantenía un flujo de sangre adecuado en la arteria femoral superficial, alcanzándose una tasa de supervivencia hasta del 86,6% a los 24 meses, tal y como ha reflejado el estudio Zilver-PTX. Actualmente están en fase de estudio otros tipos de prótesis como son las reabsorbibles y las recuperables”.
La doctora Hortensia Montes ha explicado que, de manera general, el fármaco empleado suele ser paclitaxel, “un fármaco anticanceroso que actúa inhibiendo la respuesta inflamatoria arterial local, lo que ayuda a que el vaso permanezca un mayor tiempo abierto”.


Aneurismas

Asimismo, la doctora Montes ha indicado que la radiología intervencionista está permitiendo “tratar con éxito a pacientes mayores de 65 años y con aneurismas (dilatación excesiva de una arteria, con riesgo de rotura), en pacientes seleccionados y en los que, por causa de su edad u otras circunstancias no pueden ser intervenidos mediante una cirugía convencional, debido al riesgo de la operación. Se trata en muchos casos de un método sustitutivo de la cirugía abierta, no alternativo”.
Tal y como ha explicado, la reparación “se hace totalmente por vía endovascular: a través de incisiones mínimas que no dejan prácticamente ninguna señal en la piel, se introduce la prótesis, que se va guiando por el interior del vaso sanguíneo hasta su ubicación definitiva. El paciente no tiene prácticamente posoperatorio, se reduce drásticamente los periodos de estancia hospitalaria y su reincorporación a la actividad diaria es inmediata”.





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